El viejo cacique de la tribu, que estaba teniendo una charla con sus nietos acerca
de la vida, les dijo:
- Una gran pelea está ocurriendo dentro de mí, una pelea entre dos lobos.
Uno de los lobos es maldad, temor, ira, celos, envidia, dolor, rencor,
avaricia, arrogancia, culpa, resentimiento, mentira, orgullo, egolatría,
competitividad y superioridad. El otro es bondad, valor, alegría, paz,
esperanza, serenidad, humildad, dulzura, generosidad, ternura,
benevolencia, amistad, empatía, verdad, compasión y amor. Esta misma
pelea está ocurriendo dentro de ustedes y dentro de todos los seres
humanos de la Tierra.
Los niños quedaron en silencio por un minuto y después uno de ellos preguntó a
su abuelo:
- ¿Y cuál de los dos lobos crees que ganará?
El viejo cacique respondió simplemente:
- Ganará el lobo que alimente.
En nuestro mundo emocional existe una continua lucha entre estos dos “lobos”,
que representan dos tendencias: la que nos empuja hacia la violencia y la
destrucción y la que nos mueve a amar, cuidar y crear. Nadie nace educado
emocionalmente. Este aprendizaje se puede hacer mejor o peor, pero es
peligroso dejarlo al azar puesto que nos jugamos nuestro equilibrio y nuestra
felicidad. Desde nuestra infancia aprendemos a gestionar nuestras emociones
a partir de las influencias y modelos que nos proporciona nuestro entorno. Así,
lentamente, vamos construyendo “nuestros hábitos del corazón”, unos
cimientos que van a determinar si el edificio de nuestra vida emocional se
levanta recto o torcido, firme o desequilibrado.
La lucha entre “los dos lobos” provoca un caos interior que nos crea malestar.
A menudo improvisamos, tanteamos, caemos, y probamos soluciones que
empeoran nuestro sufrimiento. En otras ocasiones tenemos éxito y, entonces,
nos sentimos bien: hemos hallado la respuesta emocionalmente más ecológica
e inteligente. Estamos convencidos de que gran parte de nuestro sufrimiento es
evitable y derivado, en buena medida, de una incorrecta gestión emocional. Tal
y como dice el cuento, “alimentar el lobo bueno” es una decisión que nos
reportará armonía y equilibrio vital, pero es una decisión que requiere esfuerzo,
disciplina, perseverancia, voluntad y mucho amor. No obstante, incluso si estos
fundamentos del corazón se han colocado inicialmente mal, podemos
plantearnos, ya adultos, efectuar reformas a fondo.
La ecología emocional: Una respuesta para conseguir el equilibrio
“Toda la energía emocional que no invertimos en crear se dirige a destruir”
“Nosotros elegimos ser parte de la solución o ser parte del problema”
“Lo que somos nosotros: esto es el mundo”
La ecología emocional
La ecología emocional es el arte de gestionar nuestros afectos (emociones y
sentimientos) de tal forma que su energía promueva conductas que aumenten
nuestro equilibrio personal, favorezcan el desarrollo de nuestra capacidad de
adaptación positiva, la mejora de nuestras relaciones interpersonales y el
respeto y cuidado de nuestro mundo. La respuesta desde la ecología
emocional es promover un modelo humano más autodependiente, amoroso,
creativo y pacífico que se reflejará en la mejora del equilibrio, serenidad y
armonía personal. Dos valores están profundamente unidos a este
planteamiento: la responsabilidad y la conciencia del impacto emocional global.
Si bien no somos responsables de lo que sentimos, si que lo somos de lo que
hacemos con lo que sentimos. La gestión incorrecta de nuestro clima
emocional interno repercutirá directamente en el empeoramiento del clima
emocional global. Todos nosotros somos responsables del mundo interior y
exterior que tenemos.
¿Contaminar o cuidar el medio ambiente emocional?
Cuida tus pensamientos porque se volverán palabras.
Cuida tus palabras porque se volverán actos.
Cuida tus actos porque se harán costumbre.
Cuida tus costumbres porque forjarán tu carácter.
Cuida tu carácter porque formará tu destino,
y tu destino será tu VIDA.
Gandhi
lunes, 20 de septiembre de 2010
miércoles, 10 de marzo de 2010
¡ BIENVENIDOS !
Este año les queremos brindar un espacio de consejos prácticos, abriendo caminos a los Padres en el proceso de Educar. Queremos transmitir información que pueda enriquecerlos y ayudarlos. Nadie nos enseña a ser padres, muchas veces actuamos instintivamente y quedamos con la sensación de que pudimos haber actuado de otra manera. Reconocemos que es un gran desafío ser los gestores de la crianza de un niño y tenemos dudas e inquietudes que necesitamos resolver.
Por ello especialistas en Educación, Psicología y Salud entregarán orientación práctica que ayudará a resolver muchas interrogantes. Además de este Blog a través de nuestra Web www.nidovirgenmaria.com en “Zona para Padres” podrán escribirnos y sugerirnos temas.
A ustedes esta dedicada este espacio, para descubrir las habilidades de su hijo y lo veamos crecer sano, integral y, sobretodo, feliz.
Aprovecha Situaciones Cotidianas
Son instancias ideales para transformarlas en situaciones educativas. Mientras el niño crea que la mamá o papá, él aprende en todo momento.
En la Cocina: Olores, sabores, colores, formas y texturas son importantes aprendizajes. Aprovecha el momento en que ordenas el refrigerador para generar una situación educativa. Agrupen, preparen recetas sencillas. Los niños aprenden a seguir instrucciones y comprenden la importancia de procesos.
Mientras conduces, canta… como conducir requiere de mucha atención, aprovecha esta instancia de desarrollo afectivo cantando. Sugerimos poner música infantil cantar con el CD y luego sin él recordando juntos la letra.
En el Supermercado: Cada producto que compramos es una oportunidad de aprender, Conversen sobre la utilidad de cada uno. Distingan los alimentos comestibles, los sólidos, líquidos, etc.
Miedo al Nido. ¿Cómo enfrentarlo?
Miedo al Nido. ¿Cómo enfrentarlo?
El miedo a lo desconocido es una constante en los seres humanos y es lo que siente el niño preescolar cuando no quiere dejar la mano de papá o mamá, para quedarse en el Nido. Una sensación completamente normal que requeire de una actitud segura y cariñosa de los padres. “La mayoría de las angustias que presentan los niños al momento de ingresar al Nido, es generada por la ansiedad de los padres, quienes traspasan sus miedos y aprehensiones a los niños”, comenta Claudia Moya, psicóloga. “Es verdad que algunos son muy apegados, pero esto tiene que ver con una actitud de los padres. Son ellos los que reflejan temor”. Un excelente consejo para enfrentar esta etapa es no subvalorar a los niños, ellos comprenden todo lo que se les dice. “Una conversación clara y directa, ayudará a que comprendan la importancia de asistir al Nido. Eso sí, se debe hablar con la verdad; si se establecen compromisos, como que el papá lo va a ir a dejar y la mamá lo va a recoger debe cumplirse como ley”. No hay que olvidar que las eguridad que proyecten los padres, es muy importante para reafirmar la autoestima en los niños. Ejercitar la independencia es un aspecto relevante dentro del proceso de desarrollo de los preescolares. “no se puede pretender que vayan felices al Nido, si todavía duerme en la cama de los padres”, asegura la psicóloga.
¿Por qué ir al Nido, sí aún es muy pequeño?
Es está una pregunta muy frecuente que los padres de los niños que ingresan al Nido se formulan a sí mismos y muchas veces no se animan a compartir con otros papás y/o con la Institución.
El sentimiento de desapego, la duda, la culpa, … lleva a muchos papás a desconocer los invalorables beneficoos de esta etapa.
Las innumerables oportunidades que se ofrecen en el ámbito educativo a esta edad surge en el ejercicio cotidiano que les permite:
•Convivir y compartir con sus iguales.
•Consolidar hábitos en un espacio adecuado.
•Enriquecer su desarrollo motor y del lenguaje.
•Explorar medios diferentes a los cotidianos.
Aunque pequeño, ya es capaz de “mucho” y responde a ciertas características psíquicas, físicas y conductuales que marcan el “despegue” de la primera infancia.
Suele hablarse del “shock” que representa el ingreso del niño al primer año del Nivel Inicial, con manifestaciones típicas de alteraciones que competen predominantemente el área de la conducta expresando rechazo, temor y/o desagrado con llanto, reclamos, aislamiento, desinterés, se niega a participar, a comer,…
Este cuadro se puede evitar si se trabaja para ello, así es que se sugiere:
•Visitar en Nido antes previo al inicio de clases junto a sus padres, haciendo un recorrido y reconocimiento.
•Explicarles lo que va a ocurrir allí.
•Contarles historias de cuando mamá, papá o algún otro integrante de la familia empezó a ir al Nido.
•Debe ser una misma persona la que lleve y pueda quedarse en el Nido los primeros días, coordinando los tiempos y lugares con las profesoras(dentro del salón solo observando o en una banca especial fuera del salón informando siempre al niño).
•Efectuar refuerzos positivos desde el hogar. Los niños captan y logran entender las actitudes de sus padres hacia acontecimientos nuevos. Las emociones se transmiten. Papás muy nerviosos, ansiosos o preocupados trasmiten las mismas sensaciones a los niños.
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